viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Por qué es necesaria la iniciativa popular directa?

En un estado, existe la iniciativa legislativa popular si un grupo de ciudadanos puede reunir firmas para apoyar un proyecto legislativo y, si consigue el mínimo establecido por la ley, lograr que este sea tomado en consideración.

La iniciativa legislativa puede ser directa o indirecta. Si es directa, debe ser aprobada o rechazada en referéndum vinculante: es lo que sucede en Suiza. La indirecta no pasa de ser una manifestación popular: si el parlamento no ha querido aprobar una ley a pesar de la presión popular, es posible que continúe en sus trece a pesar de la iniciativa legislativa.

La iniciativa legislativa popular existe en Suiza y en algunos estados norteamericanos: es el caso de Washington o California.

La función de la iniciativa legislativa popular no es cargar sobre las espaldas de los ciudadanos la función legislativa: en todos los estados donde existe la iniciativa popular hay un parlamento con una o dos cámaras. La iniciativa legislativa popular evita que los políticos legislen según sus intereses en contra de los intereses de los ciudadanos.

Mientras las leyes reflejan fielmente la voluntad de los ciudadanos, es poco probable que una iniciativa legislativa prospere: hay que reunir muchas firmas y aprobarla en referéndum. Pero, cuando una minoría controla o utiliza el parlamento para servir a sus intereses, los ciudadanos tienen un arma poderosa para defender sus derechos: pueden presentar una iniciativa legislativa y aprobarla en referéndum vinculante.

Los políticos corruptos no son demócratas aunque finjan serlo para alcanzar los puestos donde pueden enriquecerse a costa del dinero de todos. Los ciudadanos no quieren que les roben y no lo permitirían si existieran armas para evitarlo. La iniciativa legislativa directa es el arma que necesitan los ciudadanos para evitar que los corruptos se apoderen del estado.

Se habla de 'puertas giratorias' cuando un político, en lugar de administrar la entidad que se le ha confiado de la mejor manera posible, actúa en beneficio de una empresa privada que le contrata cuando termina su mandato público concediéndole un buen puesto -frecuentemente en un consejo de administración- que recompensa sus servicios al contratante en perjuicio del interés de la mayoría de los ciudadanos. Este fenómeno es menos probable si existe la iniciativa popular directa que permite que los ciudadanos aprueben leyes que defiendan lo que es suyo.