jueves, 13 de octubre de 2011

Uno de los nuestros

Como socialista, creo en la solidaridad. Entiendo que somos solidarios cuando nos unimos con un fin. El pastor protestante Martin Niemöller en su poesía “Los nazis vinieron a por los comunistas” –erróneamente atribuida a Bertold Brecht- nos cuenta lo siguiente:

“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.”

Esto muestra que, si dejamos que ataquen a uno de los nuestros, acabarán con nosotros fácilmente.

Nosotros somos aquellos que luchamos por el socialismo. El socialismo es una asignación de los recursos de una nación que está justificada por ser la más adecuada para atender a las necesidades de la nación: su defensa, su persistencia en el futuro, su progreso científico y social… Naturalmente, una nación está hecha de personas –las que han luchado por construirla y nos han dejado, los que luchamos por hacerla progresar y los que nos sucederán en esta labor-. Estas personas no pueden desarrollar bien su labor si su salud no es buena; por eso, atender a su salud debe ser una de las primeras prioridades del Estado.

Es difícil que una persona que tiene que vivir en la calle y padecer el calor y el frío extremos y las inclemencias del tiempo pueda estar sana. De esto se deduce que un estado no puede considerarse socialista si no se preocupa de que cada familia tenga una vivienda. Puede que no sea posible construir un palacio para cada español; pero creo que una nación próspera como España puede darle a cada familia una vivienda digna. Construir viviendas y atender a los enfermos puede crear muchos puestos de trabajo.

El progreso científico, social y técnico de España es difícil si los españoles no reciben una formación suficiente o esta es tan cara que sólo la pueden pagar unos pocos. De cara a que todos los españoles tengan las mismas oportunidades,  el Estado debe proporcionar a cada español una educación que esté de acuerdo con su capacidad.

El mayor disgusto que puede llevarse un socialista es ver que los recursos que permitirían atender mejor a las necesidades de España y los españoles se los lleva un puñado de sinvergüenzas que utiliza sus cargos públicos para aumentar su patrimonio olvidándose de hacer una buena gestión. Si alguno de ellos dice que es socialista, miente.